Es una fuente de energía por su contenido de carbono (Materia orgánica) que sirve como alimento para la microbiología nativa del suelo.
El riego al suelo garantiza un suelo vivo y saludable, además de aportación de nutrientes y materia orgánica.
Favorece el desarrollo radicular.
Reactiva la microbiología del suelo.
Aumenta la capacidad de intercambio catiónico.
Excelente para descompactar suelos.
Regula el pH del suelo y solubiliza nutrientes.
Nutre y activa el sistema inmunológico de la planta.
Ayuda con la prevención de crecimiento y desarrollo de agentes patógenos.